Los temas del arte magdaleniense asocian motivos figurativos y abstractos. El arte figurativo remite fundamentalmente al dominio animal: el bisonte y el caballo son los temas más presentes, mientras que la cabra, los cérvidos, el mamut, el auroch y los felinos ocupan un lugar secundario.

Otros temas animales, menos notorios, son igualmente presentes en algunos sitios: oso, buey almizclero, antílope saiga, pájaros, pescados… La fauna figurada no parece tener relación alguna con la fauna cazada. Así es como el reno, muy explotado durante el Magdaleniense, es menos representado que otros animales a pesar de que esos últimos sean menos consumidos. Dentro de ese campo de figuraciones de los animales, el ser humano es poco presente.

El arte magdaleniense se singulariza por su realismo en la representación de los animales. Los cuerpos están completos y respetan las proporciones. Tienen varios detalles anatómicos que figuran los principales órganos: protuberancias musculares y óseas, el pelaje. Al contrario, los humanos son más bien esquematizados o incluso a veces deformado. Algunas figuras son a la vez hombre y animal. Finalmente, el arte está compuesto por varias formas geométricas simples o complejas . Las técnicas utilizadas y la frecuencia de los temas pueden variar sensiblemente en función de las regiones y la naturaleza del sitio.