Esos abrigos esculpidos se caracterizan por vestigios ocupacionales que atestiguan de la estadía de los Magdalenienses in situ. La acumulación de vestigios como los restos de fauna o la gran cantidad de restos de talla de sílex constituye una manifestación concreta del tiempo pasado en el lugar. El descubrimiento de armas de caza fracturados así como también de vestigios correspondientes a todas las etapas de elaboración de esas armas demuestran una ocupación continua que se extiende sobre una o varias temporadas. Del mismo modo se observa que varias estructuras como los grandes fogones o la ordenación del piso atestan de esas estadías. La organización del espacio tiende a probar que los ocupantes de esos lugares prestaban una atención particular a la manera de asentarse y distribuirse en el sitio.