El término de arte parietal designa tradicionalmente al conjunto de las manifestaciones gráficas presentes sobre las paredes de las cuevas, de los abrigos bajo roca y de los bloques. El arte en medio subterráneo es singular y resulta ser una especificidad de la Europa paleolítica. A la fecha, se ha registrado la existencia de unas 300 cuevas o abrigos decorados, sobre todo en Francia, España e Italia. Esta concentración es excepcional en la historia de las manifestaciones gráficas del hombre, sobre todo durante el Magdaleniense, periodo durante el cual el número de cuevas decoradas aumenta considerablemente.

El significado de las obras, difícil de entender, tiene probablemente un vínculo con la función del sitio que contribuyen a adornar (ocupaciones, santuarios). Para realizar esas obras, los Paleolíticos utilizaron o combinaron varias técnicas: grabados (finos o profundos) pintura y escultura. El soporte ocupa un lugar primordial dado que su forma natural ha sido a menudo explotada en la composición de las obras.

Durante la Prehistoria, escasos son los hábitats asociados con el arte parietal. Los abrigos naturales constituyen un lugar privilegiado para esta asociación: ofreciendo a la vez protección y exposición a la luz del día. En cambio, y a diferencia de lo que se piensa comúnmente, el hábitat en cueva profunda es muy excepcional. La asociación de niveles de ocupación y de paredes decoradas hace de los abrigos bajo rocas unos lugares particularmente importantes para aprehender el contexto cronológico y cultural del arte parietal paleolítico europeo.