Las condiciones climáticas influyen sobre la repartición de la fauna, así como también sobre su establecimiento. El estudio arqueobótanico abarca varias especialidades (palinología, antracologia) que estudian las interacciones entre las sociedades humanas y la esfera vegetal a partir de los restos microscópicos y macroscópicos. A la diferencia de la palinología en caverna que conoce problemas de tafonomía importantes, la palinología marina beneficia de una sedimentación rápida y de una mejor conservación. El estudio del polen permite además cotejar los cambios de vegetación con indicadores del clima. Durante el Magdaleniense medio, la flora se compone de una estepa de tipo artemisia y poàcea así como de una escasa representación de árboles (fig.) El pino constituye la especie de árbol mayoritaria pero su abundancia varía en función de los terrenos. El consumo de vegetales por parte de los grupos  humanos resulta difícil de determinar en contexto paleolítico. Finalmente, son los abundantes restos óseos que nos nos proporcionan la mayor parte de las informaciones con respecto de la explotación de los recursos naturales.