Aparte de la comida, todos los materiales aprovechados por los paleolíticos provienen de la naturaleza, sea por la fabricación de objetos utilitarios y simbólicos (rocas, asta de cérvido, hueso, conchales, pieles), sea por la construcción de sus habitaciones (madera cuernos, pieles de animales). Durante el Magdaleniense el abastecimiento en materias primas se vincula a una movilidad importante en busca de materiales de calidad.

Con respecto de las rocas (sílex en particular), se sabe que los grupos constituyen stock de materias primas o soportes preformados a partir de los cuales tallan lamas y laminitas. En Francia, el sílex del Bergeracois en Perigord y el de Grand Pressigny en el Cher, son particularmente valorados. El sílex se encuentra en sitios distantes de varios cientos de kilómetros de su origen.

Se observa el mismo tipo de proceder en relación al dominio simbólico, pues el uso de los materiales de los conchales en la confección de adorno conoce un desarrollo sin precedente en ese periodo. En efecto, sabemos que los magdalenienses utilizaron y buscaron conchas en los sitios litorales atlánticos y mediterráneos. Explotaron también yacimientos fosilíferos (Gironde, Touraine) que se ubican en el conjunto de la mitad oeste de Francia.

Esos abastecimientos lejanos han resultados de adquisición directa por desplazamiento o por intercambios. ¿A qué distancia se debe privilegiar una transmisión a un desplazamiento? ¿Cómo evaluar el número de intermediarios?