Ahora bien, si uno mira esta cultura desde una perspectiva europea más amplia, puede observar que emergen algunas variaciones regionales en los dominios técnicos y simbólicos. En el Magdaleniense medio del oeste francés, un conjunto cultural presente desde el Jura hasta la Gironde se distingue por un equipo original compuesto de “navettes” y largas azagayas con doble bisel. En el mismo periodo, en un espacio que va de Las Asturias hasta el sur de la cuenca parisina, otros grupos producen una punta de caza diferente, en asta de ciervo: la azagaya llamada “Lussac-Angles”.

Las especificadas regionales se afirman más en la esfera simbólica. Et arte mueble siempre ha jugado un rol principal en la caracterización y la estructura del Magdaleniense. Así, el conjunto del este de la Viena se ilustra por un arte figurativo naturalista sobre soporte lítico con una fuerte presencia de figuraciones humanas. Este territorio consta de dos elementos originales: incisivos de potros grabados con un triangulo o de un cuadrilátero relleno de grabados finos y las “stomach beads” de marfil.

En cambio el grupo a “navettes” se define por representaciones muy esquematizadas donde las figuraciones sexuales, las caras humanas geométricas y los adornos en forma de cúpulas son mayoritarios.

El grupo pirenaico se distingue por sus rodetes perforados, sus contornos recortados de cabeza de animales y sus estatuas de caballo echas sobre piedra. En el seno de ese grupo, algunas producciones tienen una difusión más local: el tema de “cervatillo con pájaro” esculpido sobre un propulsor se limita a los Pirineos del Ariège; los adornos de voluta sobre varilla media redonda al oeste y centro de los Pirineos franceses.