Los Magdalenienses demuestran una gran maestría técnica que se traduce por el uso  combinado del grabado, de la escultura, de la pintura y del dibujo.

El grabado es la técnica más frecuente, quizás porque se conserva más fácilmente. Su modo de expresión es la más diversa (piquetaje, ranurado, estriado, raspado).

Para el dibujo (pigmento puro como el carbón vegetal) y la pintura (preparación con pigmento, aglutinante, carga) se utilizan tres colores de base: el rojo obtenido a base de ocre o hematites, el amarillo a base de goethita y el negro que proviene del manganeso o del carbón vegetal. El celeste y el verde no existen. La monocromía es la norma. Los modos de aplicación son diversos: con el dedo, con carboncillo, pincel, con un sello o con escupir la pintura.

La escultura es frecuente en el arte mueble pero escasa en el arte parietal. Se puede distinguir dos tipos de esculturas: bulto-redondo (volumen esculpido sobre todas las caras) y el relieve (volumen que queda pegado al soporte). La escultura parietal se encuentra únicamente en relieve, la estatuaria está ausente. El modelaje (arcilla) es excepcional.

La integración del volumen del soporte en la realización de los grafismos es una de las grandes particularidades del arte paleolítico europeo. Se dice que el soporte es “participante” cuando sirve de elemento de encuadro a las composiciones o cuando sus cualidades visuales (color) o formales (relieves, volúmenes) participan de la elaboración de los motivos.