Los abrigos rocosos son sitios con estratigrafías para el estudio de los que se hace necesario tomar en cuenta la sucesión de niveles de ocupación que han sido enterrados. La particularidad de esos sitios decorados radica en el vínculo estratigráfico que es posible  establecer entre las paredes esculpidas y las capas arqueológicas. Nivel tras nivel, los arqueólogos buscan un mejor entendimiento de la organización, coherencia e interrelación de los vestigios de ocupación.

Es dable observar que sólo una pequeña parte de los vestigios se ha conservado, entregando así huellas tenues de actividades paleolíticas: caza y pesca (armaduras en huesos o en piedra), domésticas (agujas, raspador, alisadores…), hábitat (fogones, pavimento, anillos para arquitectura ligera o suspensión), dimensión simbólica (colgante, estatuillas, arte mueble, arte parietal) y sepultura.

Para comprender un sitio o una estructura, el arqueólogo se ve en la obligación de desmontarlo. Su gesto, indispensable para el conocimiento del pasado, es irreversible. Único testigo de lo que se observó durante la excavación, el registro de datos tiene que ser el más preciso y exhaustivo posible, evitando mezclar observación con interpretación. Eso permite que se pueda retomar ulteriormente los datos recolectados, puesto que esos datos resultan ser los únicos recursos disponibles para los arqueólogos del futuro.

En la práctica, el hecho de retomar los datos provenientes de antiguas excavaciones, como es el caso de la mayoría de los abrigos esculpidos magdalenienses, depende de las elecciones realizadas por los excavadores del pasado al momento del registro así como del contexto teórico de la investigación de las épocas en las que se realizaron las excavaciones. Además, hay que considerar que no todos esos documentos llegaron hasta nosotros. El hecho de retomar los archivos de las excavaciones pasadas (planos, apuntes de trabajo de campo, publicaciones, mobiliario), para luego volver al sitio estudiado (análisis de la pared, nuevos calcos) permite nuevas interpretaciones de los sitios en el contexto actual de las investigaciones.

Las investigaciones actuales producen nuevas observaciones relativas a los contextos arqueológicos de los sitios (distribución espacial de los vestigios), así como a su medioambiente apoyándose en múltiples disciplinas de las ciencias naturales, humanas y sociales.