Tenemos escaso conocimiento con respecto de la organización social de poblaciones magdalenienses. No disponemos de datos etnográficos, elemento sin embargo esencial para abordar la sociología de los grupos sin escritura. A parte de eso, los datos arqueológicos sobre las cuales nos apoyamos siguen siendo insuficientes y limitados por el carácter diferencial de los materiales. A pesar de ello, algunos elementos nos permiten explicar varios aspectos de la vida social hace 15 000 años.

En los sitios de hábitat de Pincevent y Etiolles ubicado en la cuenca parisina, el pequeño tamaño de las carpas podría indicar que la unidad social de base fuese la familia nuclear. Empero, el número de familias nucleares que componían el grupo y, sobre todo, el tipo de vínculo social que las unía (¿clanes, tribus?) aún son desconocidos.

Algunas producciones manifiestan la existencia de artesanos o individuos especializados: realización de grandes lamas de sílex, algunos objetos de arte mueble y varios grafismos parietales. La calidad técnica y/o iconográfica de esas producciones no está al alcance de todos y supone la adquisición de habilidades complejas.

Finalmente, la circulación de materiales (rocas, conchales), objetos y conceptos (técnicos, artísticos) en un territorio de varios centenares de kilómetros manifiesta la existencia de múltiples contactos entre grupos humanos. Las formas de esos intercambios remiten a realidades socio-económicas de distintas índoles: comercio, dones, exogamia, etc.