Idóneo para la talla, el sílex fue muy explotado por los Paleolíticos. Sin embargo, otras rocas tales como la calecedonia, el cuarzo, la cuarcita, el jaspe y la obsidiana, fueron utilizadas también en función de la disponibilidad de los recursos minerales locales. Los Magdalenienses se preocupan por la búsqueda de rocas de cualidad, esenciales para la producción estandarizada. Los yacimientos de materias primas pueden estar ubicados a varios centenares de kilómetros: el sílex del Bergeracois es ampliamente difundido en toda la cuenca aquitana, en los pirineos y hasta el Poitou. El mineral se transporta bajo la forma de pequeños bloques de materia prima, pero también de lamias, laminitas u objetos terminados, directamente tallados en el sitio mismo del yacimiento. No hay que descartar la posibilidad de que hubieran existido intercambios entre grupos para las distancias más grandes, puesto que tales prácticas están atestiguadas para el arte mueble y a los adornos-colgantes.

Abundantemente utilizado en el equipamiento, el asta de ciervo se tomaba directamente del esqueleto del animal (asta de matanza) o se recogía cuando caía naturalmente al otoño (asta de caída). Puede ser que hayan existido problemas de abastecimiento puesto que ese material no era disponible en todo momento. Se puede pensar que había reserva: en La Vache, por ejemplo, varias astas de caída fueron explotadas a pesar de que su recolección sólo se hiciera durante un periodo muy corto del año.