Hace aproximadamente 15 000 años, los abrigos naturales en pie de acantilados fueron ocupados por los hombres magdalenienses cuya ingeniosidad técnica les permitió trabajar superficies con el fin de realizar esculturas. El sitio del Roc-aux-Sorciers es un ejemplo significativo de este tipo de utilización de la pared rocosa. Esas prácticas artísticas se encuentran en otros sitios: Cap Blanc, Chaire-à-Calvin, Reverdit… aunque existan especificidades para cada uno de ellos. De ese punto de visita, el Roc-aux-Sorciers puede ser considerado como un modelo.