La comprensión de un sitio y de la sociedad que lo ocupó nace de la puesta en perspectiva así como también del cruce de las observaciones y de los análisis.

Las interpretaciones permiten renovar el conocimiento de los sitios y de las sociedades. Estas hipótesis basadas en datos duros, argumentadas y demostradas siguen siendo dependientes del contexto de investigación. En otras palabras, tienen sus límites, se elaboran en diferentes escalas y pueden ser completadas.

Se observa, por ejemplo, que en la historia de la prehistoria, las primeras investigaciones se concentraban sobre la cronología y la sucesión de las ocupaciones mientras que hoy en día, las investigaciones se interesan por el análisis de las sociedades en relación a sus territorios y, por consiguiente, por las relaciones funcionales o culturales entre los sitios.