Desde el inicio de las investigaciones, se planteó la posibilidad de la existencia de varios accesos a la cueva. La entrada por el pórtico actual sobre el acantilado del Cirque d'Estre era evidente porque el cono de escombros es claramente visible en el interior y en el exterior de la cueva. La hipótesis de una segunda entrada al final de la galería de las Rejas y/o de la sala del Fondo ha predominado. 

Esta hipótesis se justificaba debido a la concentración de dibujos en las escenas de la sala del Fondo y por la gran cantidad de fogones que implicaban el transporte de leña y ramas durante varios cientos de metros. Al cabo de dos años de investigaciones dentro de la cueva y de prospecciones en el exterior, se demostró que no había más que una sola entrada, la del pórtico en el acantilado del Cirque d’Estre. 

El estudio del pórtico actual mediante el análisis de los escombros internos y externos permitió señalar con precisión las fechas de las fases de su derrumbe progresivo hasta el cierre de la cavidad entre 29 000 y 21 000 BP. Desde entonces, ningún humano pudo entrar hasta su descubrimiento en 1994, después de la perforación de la entrada actual hecha por los descubridores. Los humanos del paleolítico, ya fuesen auriñacienses o gravetienses, entraron por ese pórtico hoy derrumbado y transportaron grandes cantidades de madera, las cuales resultan muy significativas en cuanto a la función del sitio y que confirman la ubicación del santuario en el fondo.

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