Las dos formas de expresión que dominan en el arte parietal paleolítico, el dibujo y el grabado, ocupan un lugar importante en la iconografía de las cuevas y abrigos. Sin embargo, hay una técnica mucho menos utilizada en este contexto, que, en Lascaux, toma una dimensión monumental: es la pintura, forma pictórica que sólo se encuentra, en Francia, en Font-de-Gaume y, de manera muy puntual en alguna cueva de los Pirineos, en especial, en El Portel.

Lo que llama la atención es ante todo la simplicidad de las técnicas y de los recursos materiales empleados si se considera la excelencia de las obras. Algunos sílexs, bloques de pigmento, machacadores, algunos pinceles y tampones, plantillas de piel (aunque la mayoría de las veces es la mano la que desempeña este papel): he aquí reunidos todos los productos y los útiles necesarios para la construcción gráfica del santuario.

Las investigaciones llevadas a cabo en Ariège, en la cueva de Niaux, revelaron que los pigmentos estaban asociados generalmente al talco para ahorrar el colorante más raro. En la región de Lascaux el pigmento era muy abundante. Fue utilizado sin carga, es decir, sin añadido de materia que pudiera favorecer su esponjamiento; sólo el agua servía para ligar la materia.

La datación de las figuras parietales de la cueva de Chauvet-Pont-d'Arc pone de manifiesto que el grabado y el dibujo se controlaron perfectamente desde al menos 30.000 años antes de nuestra era. La pintura por pulverización, el modelado y la escultura aparecen un poco más tarde en contexto subterráneo, según el estado actual de los descubrimientos