La tierra, la piedra, la madera y otros vegetales (cañizos) constituyen los materiales más comúnmente utilizados para la construcción de las casas y de sus anexos. Los cimientos de los muros estaban a menudo hechos con piedras, no talladas. A continuación, la elevación estaba constituida por diversas hiladas de bloques, hasta cerca de 50 cm de altura (zócalo). Se levantaban a continuación las paredes con tierra empleando diversas técnicas : ladrillos de adobe, rectangulares o cuadrados, tierra encofrada, tierra amasada, cañas revestidas con barro. Muros mixtos han sido documentados. La tierra servía igualmente para revestir las paredes tanto al exterior, para asegurar la impermeabilidad, como al interior de las habitaciones. La madera fue también muy utilizada. Sirvió sin duda para la construcción de las techumbres (vigas, travesaños), así como de postes, altillos, cobertizos, acondicionamientos interiores (estanterías) ; también sirvió para acondicionar los accesos.