Cultura multiforme con una extensión cronológica (21 000-14 000) y geográfica (Europa central y occidental) muy importante a finales del Paleolítico reciente. Su nombre proviene del abrigo rocoso de la Madelaine (Dordoña). Los principales rasgos del Magdaleniense, que se desarrolla durante el último Pleniglaciar, son la intensa utilización de materias duras animales para la fabricación de instrumentos y armas, la riqueza de la industria lítica tallada sobre láminas y lascas delgadas y el desarrollo sin precedentes de la ornamentación, del arte mueble y del arte rupestre. Los grupos magdalenienses muestran una gran movilidad y una gran capacidad de adaptación a su entorno. A finales del Magdaleniense se afirma una regionalización cultural como consecuencia de la progresiva sedentarización de algunos grupos.